La
mente de Melquiades viaja por experiencias relacionadas con todo tipo de crisis
(económica, pandémica, política, social, etc...) pero no consigue fijar ninguna
de ellas como hilo argumental de su próxima narración. Está divorciado, su hija
no le habla, se ha quedado sin dinero, le han detectado una enfermedad degenerativa,
sus amigos le huyen y sobre todo, su perro le ignora. Para poder llegar a fin
de mes y a modo de evasión de su monótono trabajo de sexador de pollos escribe
relatos cortos para una cadena de hoteles.
Finalmente
se decanta por la fatídica crisis solar del siglo pasado y garabatea:
«Internet
lo gobernaba todo. Los móviles eran imprescindibles, las fábricas estaban
controladas por algoritmos de inteligencia artificial que residían en
servidores de la web, todos los datos que manejaban los bancos, las empresas,
las instituciones y los gobiernos se almacenaban en la nube.
Ocurrió
en el año 2056 como consecuencia de la tormenta solar perfecta. Se colapsaron
las comunicaciones por satélite, las redes eléctricas e Internet. Fueron seis
meses caóticos y atroces, especialmente en las ciudades, antes de recuperar la
normalidad.
Con
el fin de evitar una situación similar, los estados decidieron crear
comunidades fundamentadas en el siglo XIX que fueran capaces de garantizar las necesidades
mínimas de supervivencia de todos los ciudadanos…»
Melquíades,
acabada la redacción, recopila los folios desechados para reutilizarlos como
combustible en la chimenea, apaga la vela que le alumbra, se dirige a la cuadra,
engancha el caballo al carro y viaja a la ciudad de Macondo a entregar el
relato.
Muy interesante, mezcla ficción y fantasía
ResponderEliminarEstilo fluido y directo
ResponderEliminarPodría convertirse en la primera novela de ficción basada en la pandemia del COVID 19