PASQUAL
Año 2019, la humanidad aún no era consciente de la pandemia que la acechaba y que cambiaría las hábitos tradicionales de relación entre las personas, especialmente en los países festeros como España.
El primer día de clase con Pasqual ya se apreció su perfil clásico de impartir cátedra, directo, compacto, sin grietas por donde hurgar para desviarlo de su ruta previamente marcada y sobre todo pedagógico, he de decir que a pesar de ser de ciencias he aprendido mucho de escritura en sus clases por lo que le estaré siempre agradecido. Pero donde más me ha impactado y aún me quedan secuelas, espero que no sean permanentes, ha sido cuando se ponía en modo inquisidor con los relatos presentados por los alumnos; interrogaba a los autores hasta que confesaban los pecados más ocultos incluso para ellos y cuando terminaban las correcciones el relato emergía con todo su significado y esplendor.
Enhorabuena Pasqual, ahora toca disfrutar de la vida sin obligaciones (excepto las familiares) ni límites (los marcados por la pandemia).
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