LA ESPECIE DOMINANTE
Año 2155; en el interior de la óptimamente climatizada sala de control del observatorio espacial Bermúdez de Castro, situado en la cara oculta de la Luna, reinaba un ambiente distendido.
Gabriel, el jefe de turno, inició la conversación sacando su tema preferido sin hacer caso de las caras de paciencia de los presentes:
«El destino no es ningún poder sobrenatural inevitable e ineludible que guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido, de forma necesaria y fatal, en forma opuesta a la del libre albedrío o libertad, como dice la Wikipedia, es sencillamente el presente tratado de forma retrospectiva, y el futuro está por escribir, abierto a infinitas posibilidades. Lo único cierto es el presente, donde sí que ejercemos el libre albedrío pero sin conocer al cien por cien las consecuencias.
Desde el presente podemos ver el pasado como una trayectoria lineal en el tiempo, pero el futuro lo percibimos como infinitas ramificaciones que parten desde la posición en que estamos en el tiempo y que no solo dependen de nosotros sino que pueden verse alteradas por decisiones de otros o por acontecimientos ajenos.
Con la tecnología actual podemos vivir en uno de esos posibles universos paralelos del pasado o del futuro sabiendo que no es real, ¿o sí? La ciencia lo llama multiverso cuántico, en cada uno de ellos tenemos exactamente el mismo código genético y en momentos cruciales de la vida, nuestras decisiones pueden llevarnos por distintos caminos y conducirnos a destinos diferentes.»
Rafael, fiel a su papel de adulador, cogió el testigo con entusiasmo:
─El año pasado contraté un viaje a un universo paralelo donde era un multimillonario, no veas que felicidad. Este año estoy dudando entre ir a uno en que soy un deportista famoso u otro en que soy un fracasado y así poder vivir la diferencia.
Cuando decayó el interés por seguir hablando de los universos paralelos, Gabriel sacó el tema de moda, el descubrimiento de una quinta fuerza fundamental de la naturaleza, la suerte.
«Dicha fuerza actúa entre un observador y un suceso mediante el suertón, partícula elemental hipotética de tipo bosónico de carga positiva o negativa, que sería el transmisor de la interacción en el nuevo modelo de suerte cuántica.
Hasta la fecha, la mayoría de las creencias espirituales o sobrenaturales sobre la suerte coinciden en que se puede influir en ella por medio de la superstición, realizando rituales, evitando ciertas situaciones, portando amuletos, etc… pero lo fundamental es la carga del observador que varía entre muy positiva (suertudo) y muy negativa (gafe).»
Una vez más, Rafael tomó la palabra para contar la historia de la mala suerte que tuvo su cuñado Melquiades cuando le tocó formar parte de la comunidad de Macondo después de la Gran Crisis:
«Ocurrió como consecuencia de la tormenta solar perfecta. Se colapsaron las comunicaciones por satélite, las redes eléctricas e Internet. Fueron seis meses caóticos y atroces, especialmente en las ciudades, antes de recuperar la normalidad.
Con el fin de evitar una situación similar, los estados decidieron crear comunidades fundamentadas en el siglo XIX que fueran capaces de garantizar las necesidades mínimas de supervivencia de todos los ciudadanos…»
En ese momento sonó la alarma de sincronía y obligó a cortar la conversación generando una atmósfera de tensión contenida mientras se recibían las primeras señales desde el planeta Shorai a 40.000 años luz de la tierra.
Shorai es un exoplaneta que reúne las condiciones necesarias para captar en su atmósfera todo tipo de emisiones de la tierra y reflejarlas con la intensidad suficiente para ser detectadas y analizadas por un sistema complejo de satélites distribuidos por el sistema solar que abastecen al ordenador central del observatorio.
Teniendo en cuenta la distancia existente entre el exoplaneta y la tierra, las señales analizadas corresponden a 80.000 años antes de la actualidad en nuestro planeta.
Miguel, el director del departamento, se dirigió al panelista:
─Rafael, dame las coordenadas de las primeras imágenes obtenidas por el ordenador.
Rafael se conectó con el sistema y tras unos segundos tecleando contestó:
─Estamos viendo los alrededores de la cueva de Denisova en Siberia.
Entonces, Miguel no pudo contenerse y soltó una clase de antropología a los presentes como si no supiera que la mayoría tenía un doctorado.
─En esa localidad se encontró en el año 2008 una falange de un dedo meñique de una niña de la especie Homo denisovanis que vivió hace 80.000 años.
Gabriel no perdió la oportunidad y comentó:
─Los paleoantropólogos afirman que en aquella época convivieron tres especies de homínidos, los neandertales, los denisovanos y los sapiens. Los neandertales se extinguieron hace unos 30.000 años pero de los denisovanos hay muy pocos restos y se desconoce el motivo de su extinción si realmente han desaparecido como aseguran los seguidores de La verdad está en casa. ¿Y si la responsabilidad de todas las leyendas, monumentos, objetos, avistamientos etc… atribuidos por muchos a seres alienígenas, es de civilizaciones terrestres altamente desarrolladas creadas por otras especies de homínidos que ya existían hace más de 12.000 años y que siguen existiendo? La teoría de las visitas de seres extraterrestres tiene puntos difíciles de explicar: 1. Los viajes espaciales entre su mundo y la Tierra, 2. Aspecto físico de los extraterrestres parecido al ser humano, 3. Comportamiento descifrable para nosotros. Mientras que la nueva teoría de La verdad está en casa no necesita de viajes espaciales porque son de aquí, su aspecto es humanoide porque son homínidos y su comportamiento es comprensible por nosotros porque es humano. Para llegar al nivel actual de tecnología sólo hemos necesitado 12.000 años en total, donde los últimos 500 han sido espectaculares, cuando los humanos modernos existimos desde hace unos 600.000 años. La nueva teoría defiende la existencia de civilizaciones tecnológicamente sofisticadas desde antes de la revolución agrícola que nos han ido guiando y vigilando estos últimos 12.000 años. Estas civilizaciones no las ha creado el Homo sapiens sino otras especies de homínidos que convivieron con nosotros y se ocultaron y progresaron; fomentaron las leyendas y creencias sobrenaturales para podernos controlar por medio de las religiones y como consecuencia nos cortaron las inquietudes científicas para progresar.
─En efecto Gabriel, ahora sabremos los detalles de lo que sucedió en realidad─ dijo Miguel.
Mientras, Rafael mantenía una frenética lucha con el teclado para aislar las imágenes más claras de la zona.
La primera imagen mostraba a un denisovano frente a un grupo de neandertales y sapiens.
Lo que sucedió a continuación cambió la historia; aparece claramente en las imágenes como el denisovano es adorado como a un dios por neandertales y sapiens.
JULIO - 2005

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