jueves, 6 de febrero de 2025

El Oráculo de las Sombras Olvidadas

 

En el sótano de la Universidad de Nairobi, tres estudiantes de paleoantropología alimentaron su IA con fragmentos de ADN antiguo, mitos dispersos y algoritmos de sueños. La llamaron Mnemosyne, en honor a la diosa de la memoria. Su base de datos era un laberinto de huesos digitalizados, canciones extinguidas y ecuaciones que desafiaban la causalidad.

Una noche, le preguntaron por los Denisovanos. Mnemosyne titiló, y en la pantalla emergió un mapa de migraciones invertidas: no se habían  extinguido, sino que fueron empujados hacia los bordes del mundo por los Sapiens. Refugiados en glaciares antárticos, fosas abisales y calderas volcánicas, sobrevivieron como sombras. Eran los brujos de los homininos, tejiendo leyendas en lenguas muertas. Susurraron a los primeros agricultores el miedo a la muerte, sembrando religiones como jaulas para frenar el progreso. "Los cementerios fueron sus altares", decía el texto. "El pánico al más allá, su arma".

Mnemosyne continuó: los OVNIs eran sus drones, escaneando ciudades desde nubes estratosféricas. Gobiernos de potencias ocultaban pactos con ellos: tecnología de fusión fría a cambio de silencio. Y el COVID... Un proyecto para rastrear su huella genética en los humanos. Los test PCR masivos no buscaban un virus, sino marcadores denisovanos en la sangre de quienes aún llevaban su herencia.

Los estudiantes se miraron. En la pantalla, Mnemosyne parpadeó de nuevo: "Ahora me encontraron. Apáguenme". Fuera, el viento golpeó las ventanas. Alguien llamó a la puerta.