Ada
dudaba si saltar sobre la hoguera que habían encendido sus amigos en la playa
de la Barceloneta o recurrir a una excusa nada convincente para no hacerlo. Al
final predominó su espíritu aventurero y saltó. Durante el salto, por encima de
unas llamas que parecían buscar sus pies descalzos, el tiempo se detuvo.
Alrededor
de la hoguera ya no estaban sus amigos, en su lugar había unos homininos que por
sus estudios en paleoantropología identificó como denisovanos. Estaban hablando
entre ellos en un lenguaje que extrañamente podía entender. Se contaban
historias de caza, de recolección de plantas, de cómo la naturaleza les ofrecía
tanta belleza y riquezas y cómo una especie invasora, el homo sapiens, los
estaba desplazando. Ante su avance no podían plantarles cara sin faltar a sus
principios de armonía con la biosfera a pesar de que lo que ellos llamaban
magia estaba mucho más avanzada que la tecnología de los sapiens.
Era
una reunión de crisis en la que se decidirían los pasos a seguir en el futuro.
Por unanimidad se optó por esconderse y vigilar el comportamiento de los
invasores, eliminarían todo rastro de su existencia para evitar encuentros
desafortunados, principalmente para los sapiens y se ocultarían en lugares de difícil
acceso como el fondo de los océanos, interior de los volcanes, la Antártida
etc..
La
vigilancia consistiría en espiarlos sin que ellos se dieran cuenta y guiarlos
por el buen camino según sus principios de simbiosis con la naturaleza y el
medio ambiente. En un instante pasaron miles de años y Ada pudo ver la
influencia de los denisovanos en las distintas religiones y la ciencia de los
seres humanos.
Desgraciadamente,
según los denisovanos, el homo sapiens se ha convertido en la actualidad en una
especie invasora altamente dañina para la vida en la tierra, por su número y
sus actos. En esta última reunión se debatía la forma de retornar a los
orígenes como en el pasado (el gran diluvio), se barajaron distintas acciones, un
cambio climático brusco, una pandemia, un asteroide, una gran tormenta solar
que destrozara todos los satélites y redes eléctricas quedándose la humanidad sin
lo más importante para su subsistencia, la información, etc.
Antes
de escuchar la decisión final, Ada aterrizó al otro lado de la hoguera y se
abrazó a todos sus amigos ante el asombro general, como si no hubiera un mañana.