miércoles, 8 de julio de 2020

La Inteligencia



La inteligencia en términos generales se describe como la capacidad de percibir o inferir información, y retenerla como conocimiento para aplicarlo a comportamientos adaptativos dentro de un entorno o contexto. Según esta definición todos los animales son inteligentes en menor o mayor medida.

Nuevos experimentos con abejas revelan que fenómenos similares a la consciencia podrían ser posibles con cerebros relativamente pequeños. El cerebro de la abeja tiene un millón de neuronas frente a los más de ochenta mil millones del de los humanos y son capaces de imaginar cosas y utilizar un lenguaje que permite señalar ubicaciones precisas.

Pero, ¿qué nos hace diferentes al resto de los animales? El uso de utensilios ha servido para el desarrollo de la escritura y así poder transmitir grandes cantidades de información y lograr en poco tiempo, 10.000 años, un potencial tecnológico que nos hace soñar con podernos comunicar con inteligencias extraterrestres. Los demás seres vivos tardan millones de años para transmitir información relevante vía código genético.

            ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Hace 4,4 millones de años el Ardipithecus ramidus sentó las bases del hombre moderno, se bajó de los árboles y empezó a desarrollar una locomoción bípeda. Posteriormente los diferentes Australopithecus se fueron adaptando estructuralmente al bipedismo para terminar en los Homo (habilis, ergaster, erectus, antecesor, sapiens). El bipedismo independizó las extremidades superiores para el uso de utensilios, liberó el diafragma para permitir el lenguaje y facilitó el desarrollo del cerebro. El gran tamaño del cerebro junto al estrecho canal del parto, como consecuencia en ambos casos del bipedismo, cambió la forma natural y solitaria de dar a luz  permitiendo el desarrollo del altruismo en nuestros antecesores y con ello la civilización.

            Resumiendo, podríamos decir que la inteligencia y la tecnología desarrollada por el Homo sapiens sapiens que lo hacen el rey de la creación se debe a una parte de su anatomía que no está en la cabeza, el responsable es el hallux no lateral, mayormente conocido como el dedo gordo o grueso del pie que permite el bipedismo.

3 comentarios:

  1. Como artículo científico: genial
    Pero encuentro que le falta un poco de ficción. Hecho de menos el final con toque "inquietante" que aparece en otros relatos
    Ah...y...ufff...menos mal que el cerebro no se nos chafa al pasar por el canal estrecho del parto...!!! ( es broma)

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  2. O quizás si queda el cerebro afectado...si es que la inteligencia se encuentra en el dedo gordo no lateral...

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  3. Fe de erratas: Echo de menos...No hecho
    Sorry...!!!

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