Rodolfo
y Valentina son pareja. Se conocieron en Barcelona de estudiantes, ella física
teórica y él dirección de cine. Después de un tiempo trabajando en Londres
regresaron a Barcelona para desarrollar una idea que les obsesionaba. Fabricar un
dispositivo que partiendo de una fotografía reprodujera en una película los
instantes anteriores al momento en que se capta dicha imagen. Para ello era
necesaria la participación del ordenador cuántico Mare Nostrum V ubicado en el
Barcelona Supercomputing Center.
El proceso es sencillo de explicar
pero requiere de alta tecnología y de cálculos muy complejos para llevarlo a
cabo. Se parte de la imagen inicial tomada por
un escáner con una resolución a nivel atómico para luego procesar todos
los datos disminuyendo la entropía (revertir la flecha del tiempo) hasta obtener
algo similar a una película de cine visionada al revés.
Los experimentos los realizaban en
el garaje de la casa de Montjuic donde vivían. Allí montaron el escáner después
de múltiples intentos para conseguir la resolución deseada. Las pruebas
consistían en escanear un vaso hecho añicos para luego, con los datos obtenidos
y almacenados en un pendrive, ejecutar en el superordenador cuántico un
programa especialmente diseñado por Valentina y ver como se recomponía el vaso
a su estado original.
Recuerdo el día en que consiguieron
su objetivo. El superordenador tardó milésimas de segundo en dar los resultados
correctos, vieron en una pantalla cómo se rehacía el vaso. La excitación que
provocó fue tan grande que olvidaron parar el programa y continuó en marcha
todo el fin de semana.
El lunes siguiente, cuando volvieron
al Centro nacional de Supercomputación, les estaban esperando unos individuos
que decían ser del Vaticano, habían confiscado el programa y preguntaban por el
escáner. Parece ser que al estar el programa funcionando tanto tiempo, las
imágenes habían retrocedido a lo sucedido hace 2000 años.